El análisis de datos en tiempo real y en menos de un segundo

Así es la empresa que promete simplificar la forma en que las compañías procesan los datos de un cliente para lograr, en menos de un segundo, las predicciones necesarias para tomar una mejor decisión y ofrecer un mejor servicio.

Los datos son esa materia prima que si no sabes procesarlos o interpretarlos no te sirven de mucho y eso sería una lástima. Pues llegó Hocelot a México, una empresa española con ADN lleno de Biga Data, analítica, Inteligencia Artificial, Machine Learning y Deep Learning ¿cómo simplifica estos conceptos? Pues pongámoslo de la siguiente manera: ingresamos en una computadora un nombre, CURP, fecha de nacimiento, una foto y las placas de un auto, damos click y en menos de un segundo aparecen resultados que sorprenderían a cualquier director de mercadotecnia, todo un perfil de porcentajes y gráficas para dejar en claro quién es nuestro cliente en realidad, cómo podemos ayudarlo, consentirlo, retenerlo y hasta cobrarle. La herramienta permite obtener probabilidades de comportamiento como las intenciones de gasto en comida de una persona, de ropa, en telefonía, ocio, transporte, alcohol, salud, capacidad de ahorro, umbral de pobreza y la probabilidad de que una persona quede a deber, pague a tiempo, pague si se le cobra o pague sin que se le cobre ¡sí, hasta esos niveles! ¿qué haces si sabes que una persona te va a pagar sin que le cobres? Pues tomas decisiones como dirigir los esfuerzos en aquellos que te van a pagar cuando les cobres y si la herramienta te dice quién no te va a pagar pues tomas las acciones necesarias sin estacionarte en la cobranza habitual.

La importancia del análisis de datos en tiempo real es mayor porque ayuda a reducir el famoso Dirty Data, es decir, todos aquellos datos obsoletos o incorrectos que, por lo regular, las empresas aman almacenar “Mi banco tiene los datos de cuando era estudiante y tenia otro ingreso, ahora estoy casado y tengo un hijo, yo ya no soy esa persona” dijo Antonio Camacho, fundador de Hocelot durante su visita de presentación a la Ciudad de México, él tiene bien identificados cuáles son los problemas actuales del manejo de datos. La llegada de esta empresa consolida un paso importante para cruzar la puerta de entrada al mercado latinoamericano, de hecho se estima que México representa un mercado cercano de 10,4 billones de dólares en Big Data para 2024, un 27% del total de Latam. Hocelot tiene varios diferenciadores y Antonio Camacho encontró un punto de partida: “históricamente cuando inicias un proceso de análisis lo que dedicas es un 80% del tiempo en recabar información y el 20% del tiempo en analizarla, aquí hemos querido dar la vuelta, lo más importante es el análisis, no la búsqueda de la información”, Camacho agregó que Hocelot cuenta con tres estrategias, una de ellas orientada al mercado de grandes corporaciones, otra con soluciones para compañías tecnológicamente avanzadas pero con bajo presupuesto y en 2020 entrará una versión que llegará al alcance un profesionistas independientes con un nivel de menor ingreso.

Parte crucial del análisis y procesamiento de la información es el tratamiento de los datos personales que marca la ley. En este sentido, Hocelot indicó que trabaja en apego a la legislación española en la materia y en México con apego a la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de Particulares, además cuenta con un equipo jurídico interno y asesoría externa de abogados especializados en protección de datos para garantizar el cumplimiento de la normativa vigente y la adaptación de la compañía a sus evoluciones, además es importante agregar que la empresa no conserva los datos, no los almacena, pues su contacto termina en el momento en que los analiza.

Esto garantiza que los datos de las compañías: 

● No sean transferidos a terceros a nivel nacional o internacional.

●  Se enriquezcan únicamente con información disponible en fuentes de acceso público y en tiempo real.

● Sean tratados de forma que cumplan con sus obligaciones legales y las establecidas por las propias empresas, así como los términos y condiciones aceptados por los clientes.

●  Sean las empresas las únicas dueñas de su información y de lo que ello derive.