Más de 50 años tardó la tecnología en darnos un nuevo jugador en las contiendas presidenciales (y no me refiero a Internet mismo), me refiero a las redes sociales, una serie de canales que desplazaron humillantemente a Televisa y TV Azteca (en México). De todas las redes sociales sobresale Facebook, el dominante, el que disimuladamente se frota las manos para hacer dinero sin compromisos con ningún político todavía.
De acuerdo a datos de Statista, en 2018 cerca de 61 millones de mexicanos tendrán un perfil en la red social Facebook, (habrá más mexicanos en Facebook que trabajando o en la escuela), esta cantidad tendrá múltiples lecturas, pues dirá mucho del número de usuarios de Internet (serán cerca de 70 millones), del uso que le daremos a nuestros smartphones y de lo que hacemos cuando nos conectamos. Existen estimaciones que proyectan de 6 a 8 horas en línea diarias. Esto nos dice que para 2018 tendremos nuestra atención puesta más en una pantalla de teléfono que cualquier otro dispositivo e incluso cualquier otra persona activamente.
La segunda tendencia importante es que nuestro valioso tiempo lo tendrá Facebook por encima de Twitter, Youtube o Snapchat. ¿qué significa esto? Que los políticos tienen este y muchos otros datos que antes no existían, aunque una persona tenga dos o tres cuentas en Facebook sabrán cómo llegar a cada uno de ellos y cuándo. ¿Se acuerdan cuando los partidos llenaban de banderines los postes, cruceros, calles tapizadas con plásticos de lado a lado? Pues algo así vamos a ver en Facebook todos los días de las campañas. Ahora las propuestas y giras serán discursos virtuales en una foto, un video y una propaganda personalizadas para cada ciudad, región, género, edad, nivel escolar y perfil social. Con la diferencia de que el pague más aparecerá más porque así se distribuyen las noticias en nuestro perfil.
Si en su perfil de Facebook no agregaron los datos de dónde estudiaron o dónde trabajan no es una casualidad que Facebook te recuerde que “No has completado tu información”, a Facebook lo que le importa es que entre más datos personales amase más vales para ellos y sus anunciantes. Información es poder y las redes sociales la tienen a la venta para cualquier partido que esté dispuesto a pagarlo, para cualquier persona que concentre espectadores, seguidores o como le quieran llamar ¿y saben de dónde vendrá este dinero? Del mismo lugar que llegaba el dinero que se iba a las televisoras: de los impuestos.
Napoleón tercero decía que para ganar una guerra se necesitaban tres cosas: dinero, dinero y dinero. Con ese dinero se llegará al electorado a través de las redes sociales, y gran parte de ese dinero irá a parar a Irlanda ¿por qué Irlanda? Porque ese es el país donde Facebook factura todo lo que se paga de publicidad en México, después, el destino de ese dinero es un misterio que sólo se refleja en los 300 mil millones de dólares que vale Favebook.
Facebook se frota las manos para hacer negocios pero no del modo descarado que hacían Televisa o TV Azteca, los gringos son diferentes y no tiene la presión que tenían las televisoras del gobierno, a menos claro, que sea a través de los impuestos. Ojo, este no es un llamado a quemar nuestra computadora, echarle agua bendita, dejar las redes sociales, quitar nuestra información, o eliminar nuestro perfil de Facebook, pero sí es un aviso de aquello que no nos dicen cuando aceptamos sin leer los términos y condiciones. Este post, es también es un atento anticipo para que se preparen, tomen algo para el estómago y resistan ese campo de batalla digital para la próxima contienda electoral.