Más de 10 mil personas acompañaron el teléfono de Arne mientras era robado y transmitía en Periscope. En esa imagen negra, claramente se ve una venganza muy infantil y un primitivo intento de censura, como si quitarle un teléfono a una persona ya es suficiente para callar lo que tiene que decir.
Para los que no están muy al tanto de la historia, resulta que en la Ciudad de México ha ganado fama un personaje llamado Arne Aus Den Ruthen, no sólo por ser City Manager de la Delegación Miguel Hidalgo, sino por realizar operativos que llama “#VecinoGandalla”, básicamente identifica irregularidades como gente que tira la basura donde no, autos mal estacionados y apela a los reglamentos y el trabajo de los cuerpos de seguridad pública. Lo polémico del asunto es que transmite muchos de los operativos por Periscope y eso ha derivado en escándalos como la #LadyBasura o el #LordMelaPelas.
Dicen que la fe mueve montañas pero Arne pudo mover los autos mal estacionados de unos escoltas y eso está difícil en estos días. Los escoltas en cuestión, trabajan para Raúl Libién, un empresario del Estado de México y sí, estaba cometiendo varias infracciones sin que la autoridad hiciera algo. No sé ustedes pero que alegría me dio ver la cara de los escoltas ante la llegada de las grúas, se trata de esos pocos momentos en que su influencia no puede hacer mucho y miles de personas fueron testigo de eso.
Días después los personajes ventilados públicamente regresaron a escena, esta vez para golpear y robar el teléfono de Arné, el City Manager de la Delegación Miguel Hidalgo. El acto ocurrió mientras Arné hacía un Periscope, e incluso esa transmisión continuó minutos después del robo. La acción se puede interpretar como una venganza y un desesperado (y primitivo) acto de censura. Digo acto de censura porque hace muchos años en México la denuncia incómoda se castigaba retirando el micrófono, la cámara o el papel del autor que señalaba, pero a los escoltas y al empresario Libién, se les olvidó que los tiempos han cambiado.
Estoy seguro que los programadores que crearon Periscope jamás imaginaron el poder que le darían a cientos de habitantes de la Ciudad de México y el país entero; era cuestión de tiempo, cuestión de qué llegara la aplicación adecuada para se abriera la válvula que bajara la presión del enojo, la queja que se quedaba en queja y las consecuencias de permitir que la ley sólo se aplique al que no tiene amigos o no tiene dinero.
Arne ya puso su denuncia, ya consignaron a un escolta, pero todavía se le critica la manera invasiva de sus transmisiones, pero no podemos negar que la cámara tiene el poder de ser un nuevo actor ciudadano y jugará un papel determinante en la vida de todos de ahora en adelante, sépanlo, porque esos escoltas y los que se enteren de lo que pasó la pensarán dos veces antes de cometer actos similares y porque ya es imposible escapar del big brother y el juicio público que puede ser peor que un MP en fin de semana.
https://www.youtube.com/watch?v=yNzNL27-mVI